12 de diciembre de 2017

CRÓNICA XIV CARRERA DEL PAVO CIEMPOZUELOS 2017

Con muchas dudas sobre el tiempo, la ciclo-génesis y la verdadera existencia del pico de forma nos presentamos de nuevo en Ciempozuelos, un pueblo que se vuelca con el ciclismo, donde he corrido tanto en Mtb como en carretera desde hace años y eso es de agradecer. Así que me acerco al Pavo por primera vez, con mis 3 kilos de alimentos y bastante miedo a que se ponga a llover.

No conozco el recorrido pero lo soluciono pronto viendo la manga anterior y calentando (es lo bueno de los circuitos). La temperatura es mejor que la de los últimos días y se agradece aunque el aire da de cara en la subida y al coger la recta de meta. Lo único malo son las calles estrechas y las sorpresas del asfalto: baches, hoyos, tapas de alcantarilla, bordillos... Vamos, lo normal en un circuito urbano.

Mientras algunos dudaban sobre la salida neutralizada, la mayoría, dudando como en mi caso o sin dudar, salímos a tope. Como se ve en el vídeo de Adrian Mateo el "trombón" que se forma en cada curva se estira rápidamente y en seguida se pierde de vista la cabeza. Pese a no salir mal (para lo que acostumbro) las curvas y la bajada me van relegando a la cola. Tampoco la subida me da tregua, la gente arranca como balas, algunos saltan la mediana (un bordillo rebajado que divide la subida en dos carriles), las primeras vueltas yo lo evito pero aun así me topo allí con gente que rompe la cadena, o pincha y se detiene al comienzo de la subida así que al final también acabo saltando el bordillo para perder lo menos posible. Van pasando vueltas sin un metro de respiro mientras el estirado grupo se va rompiendo y mi posición juega con el fracaso demasiadas veces. No es que me encuentre mal o que no vayan las piernas, la verdad es que no puedo ir más deprisa.

Por suerte no da tiempo a pensar mucho, voy cerrando huecos y tirando a tope para enlazar con el "pelotón" que parece que se toma un respiro... bueno, parece. Cuando paso por meta veo las vueltas que quedan: 7. Puff ¿Aun faltan tantas? No me lo puedo creer. Sin dejarme ni mirar el pulso el grupo se mueve y se rompe en la siguiente subida, lo veo venir, lo veo pasar y lo claro... pero me pilla KO. Al menos me quedo en un buen grupo y poco a poco voy cogiendo confianza en las curvas y bajando algo las pulsaciones. Esto no se para.

Aprovecho para ponerme algo más delante y así no sufrir tanto el látigo. La gente ya no sube igual y en la parte final me da la impresión que se afloja. Mientras pienso esto salta del grupo Joaquin Calderón pero ni lo intento, me pilla a contrapie. Miro las vueltas que quedan, faltan dos, dudo si saltar. ¿Ahora? Espero. En el repecho con el aire la gente se agarra mucho. Espero.

Suena la campana, curva, curva y vamos a probar. No miro atrás, sé que me he ido, salto bordillo y subo a tope (bueno, más a tope aun si cabe) veo cerca al grupo y entre medias a Joaquin. A mitad de repecho sé que no voy a alcanzar al grupo pero me anima ver que están ahí. Las piernas me miran con odio. Paso de ellas. Miro varias veces para atrás y respiro tranquilo, llego solo, en tierra de nadie pero bueno, contento. Ha estado divertido.

A pesar del día de perros se agradece el buen ambiente, la gente animando y el reencuentro con algunos compañeros que tampoco descansan.

Como siempre os dejo mis datos de Strava, la clasificación, crónica oficial y, por último, os dejo el interesante vídeo de Adrian que remonta desde la salida (me pasa pronto) y llega a saltar del grupo con la mala suerte de encontrarse con un pinchazo en su camino. Os lo recomiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario