5 de julio de 2017

CRÓNICA II TROFEO DE CICLISMO UNIÓN CICLISTA CANTIMPALOS 2017

Releyendo la crónica del año pasado he recordado lo dura y entretenida que fue. Es curioso como cambian las cosas. Este año llegaba mejor a la prueba y aunque sabía que acabar sería un gran triunfo, tenía esperanzas de hacer algo más. Y eso hace que te quedes decepcionado aun habiendo hecho una buena carrera. Ahora entenderéis porque lo digo. Queda mucho que aprender. Pero vamos al lío.

El cambio de fecha no varió mucho la climatología, por suerte, ni la participación, por desgracia. El recorrido fue el mismo, solo cambiaba el paso por Cantimpalos y Cabañas de Polendos que no se pudo hacer el año pasado.

Así que tenía claro que había que sufrir para llegar a Turegano y no me equivocaba. Aunque no iba muy incomodo en el pelotón, sufrí varias veces los latigos a cola del grupo. Hasta que me cansé y remonté por la cara del aire hasta cabeza, incluso saltando en alguna ocasión (sin ninguna pretensión realmente). Cuando giramos en Turegano con viento a favor no iba mal colocado y en cuanto pude me puse lo más arriba posible para bajar en cabeza. 

Pero ahí cambió todo. Cuando ya pensaba en la primera subida empiezo a notar que la bici vibra de atrás, pierdo algo el control. Freno. Me asusto. Levanto la mano. Me quedo. He pinchado. Se acabó la carrera. Encima la trasera. Me bajo y listo (pienso) para que voy a cambiar si ya no llego. Pregunto a un compañero y me dice que sí, que la ve algo floja. Bajo hasta el primer coche para pedir rueda. Sorpresa. Me dice que la ve bien. ¿Seguro? No me lo puedo creer.

Pensando que llevaría un pinchazo lento, y que tarde o temprano me tocaría parar, cambio el ritmo sin mucha fe. Adelanto a gente pero lo veo muy lejos. Aunque trato de no pasarme de punto voy tirando todas las fichas por el camino. Pasado el pueblo de la Higuera tiro la toalla. Pienso nuevamente que esto se ha acabado. Ya no veo gente por delante. Voy esperando unidades y pensando en llegar a Cantimpalos y que nos echen. Pero al paso por meta nos animan y nos dicen que están muy cerca. 

Toca sufrir aun más. Aire, cuneta, llano y repechos. No me puedo creer lo que podemos aguantar. Cuando llegamos a Villovela parece que vamos a cazar, nos metemos entre los coches pero coronamos sin exito. Más agonía para cazar y, ya en el "pelotón", seguir sufriendo el aire, cuenta, el llano y los repechos...

Y así, haciendo un poco la goma  y tratando de tirar cuando había un gramo de fuerza (o simple inercia) llegamos a meta en el pelotón. Igual que el año pasado pero con otra sensación. En lugar de sentir que había logrado algo, por mi cabeza había nubes de decepción. 

La mejor noticia al llegar fue enterarme que un compañero de grupeta (y entrevistado aquí) había ganado, en su regreso después de una caída hace unos meses. Enhorabuena crack.

Como siempre mis datos de Strava y una foto de la clasificación.

Y por último, no me puedo olvidar de FELICITAR Y AGRADECER, a partes iguales, a la organización de la carrera. Increíble el trabajo y el apoyo a los corredores. Detalles como regalar un cámara (ideal para pinchazos invisibles como el mío) o barrer los cruces y las zonas peligrosas, avisarlas, o marcar kilometraje, hacen que se corra muy a gusto y espero que siga así muchos años.



No hay comentarios:

Publicar un comentario